Las personas que mandan en la empresa (y también los jefes por debajo de la dirección) se diferencian según su estilo directivo: o son un jefe o un líder.
Aunque, sólo los grupos de trabajo que realmente sean un equipo (motivado y bien organizado) serán capaces de conseguir con éxito los retos y objetivos de su empresa. Para ello, deben seguir unas directrices marcada por una persona con habilidades directivas y de liderazgo.
Ni todos los líderes son jefes, ni todos los jefes practican el liderazgo
La principal diferencia entre ellos, es que un líder surge de la voluntad de los subordinados de ser guiados por esa persona. En cambio, los jefes dirigen a los empleados, no porque las personas así lo quieran, sino por su cargo o situación de superioridad jerárquica que obstenta en la compañía.
Otra característica que los diferencia, es que al jefe únicamente le preocupan los resultados de la compañía, mientras que el líder se interesa también por el bienestar de los empleados.
En definitiva, un líder predica con el ejemplo y trabaja codo con codo con el resto de personal, además no debe de ser seguido por obligación, pues liderar no es sinónimo de mandar, ya que el líder logra que el resto del equipo le siga sin necesidad de imponer su criterio.
Si quieres conocer el resto de diferencias, no te pierdas la siguiente infografía: