El capital humano es uno de los principales activos en cualquier empresa. Un equipo directivo y una plantilla formada conforman un equipo que sabe hacer frente a las adversidades convirtiéndolas en oportunidades de negocio. La formación, para empleados, pero también para puestos directivos y gerentes es una de las claves del crecimiento económico.
La formación para empleados y también para directivos y gerentes es una de las claves del crecimiento económico.
El Banco de España, en su informe general anual referente al año 2016, considera la formación del capital humano en las empresas como un factor determinante fundamental de la productividad de la economía, además de incidir especialmente en la formación referente a la cualificación en nuevas tecnologías. En el citado informe, alude de manera directa a la falta de formación de empresarios y trabajadores como una deficiencia que impide la absorción y el avance en nuevas tecnologías respecto a empresarios de otros países de la Unión Europea.
La formación, resulta evidente, es la herramienta para romper esta brecha. Saber adaptarse a los cambios y avanzar constituye un factor determinante para la supervivencia empresarial. Un aprendizaje orientado y adaptado a las necesidades de la empresa y a su presupuesto, no puede ser considerado como un gasto sino como una inversión en la mejora del rendimiento y los resultados de la empresa a largo plazo. Una formación práctica capaz de desarrollar nuevas aptitudes a través del conocimiento y combinarla con la experiencia.
El aprendizaje no puede ser considerado como un gasto sino como una inversión en la mejora del rendimiento.
Cada vez más, las empresas toman conciencia de esta necesidad fruto también de las necesidades que surgen con la crisis económica de desarrollar competencias y nuevos retos. Un aspecto que debe aplicarse a cualquier escalón del organigrama de pequeñas o grandes compañías.