El riesgo es una variable inherente a los negocios y éste aumenta al vender en otros países, ya que tratamos de competir en un nuevo contexto económico, político, social y cultural.

Es evidente que internacionalizar se ha convertido en una de la principales formas de crecimiento de las empresas, buscando aumentar su cuota de negocio y nuevas oportunidades. Sin embargo, internacionalizar es una decisión que debe ser madurada, pues a la hora de realizar una expansión existen riesgos y barreras importantes que pueden afectar de gravedad a la viabilidad y rentabilidad comercial: el sistema monetario de un país, su régimen tributario, el tratamiento hacia las inversiones extranjeras o su sistema jurídico son solo algunos de los factores que el empresario debe tener en cuenta.

A continuación haremos un repaso de los principales riesgos a tener en cuenta a la hora de expandir nuestro negocio, ya que es conveniente realizar un listado de ellos y medir su impacto antes de tomar cualquier decisión.

Principales riesgos y barreras

Riesgo político y económico:  conjunto de factores que dependen de la situación del país donde se esté operando (está asociado a las variaciones en el ciclo económico de un cierto país) , así como de la capacidad de su gobierno para mantener cierta estabilidad tanto política como económica. En este apartado también se incluye el riesgo asociado a las actuaciones de intervencionismo de los organismos gubernamentales, así como  los cambios de normativas o las barreras arancelarias. Se ha de tener en cuenta que en algunos casos las administraciones de un país obligan a la formación de empresas conjuntas con empresas locales, es decir, se necesita de un socio perteneciente al país de origen para poder operar en él.

Barreras legales: En cada país existe un conjunto de normas, en cuanto a: trazabilidad, seguridad, requisitos de sanidad e higiene, control de calidad,…que suponen un gran esfuerzo por parte de la empresa para cumplir con todos los requerimientos. Así mismo, existen normas regulatorias diferentes al país de origen sobre: fijación de precios, competencia, realización de inversiones, financiación…sobre las que debemos tener información y conocimiento permanente.

Tipo de cambio: la empresa se puede encontrar expuesta a sufrir pérdidas ocasionadas por la variación en el tipo de cambio, es consecuencia básica de la utilización de monedas distintas a la moneda nacional.

Desconocimiento: dificultad encontrada por la falta de conocimiento sobre el país en cuestión, como por ejemplo: la estructura de distribución, prácticas comerciales, falta de contactos y en general cualquier problema derivado de un contraste cultural ( cambio en los consumidores de costumbres, gustos, preferencias,…) o de adaptación idiomática.

En definitiva, el proceso de internacionalización no es un proceso fácil, por lo que es recomendable contar con equipos profesionales que lleven a buen puerto la estrategia y mucha prudencia.

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